martes, 22 de noviembre de 2011

EL USO DE LOS VERBOS EN CONDICIONAL

Agradezco infinitamente a M.A.C. por esta inspiración, ya que curiosamente sus siglas se leen como si fuera mi amiga mac, pero no, su nombre es Marisol.
Con horas de conversación, siempre analizamos el espectro cultural, político y económico de nuestro querido Chile, pero también últimamente discutimos acerca del estudio de los no identificados, es decir hablamos de Ufología.
Precisamente, una de las ideas vertidas en nuestra última conversación fue la del uso de los verbos en condicional. Es necesariamente la reflexión a la cual aludo en este artículo, ya que en los múltiples debates en los cuales he participado, gran parte de las conjeturas con las cuales difiero rotundamente y radicalmente, acerca de la probable interacción de entidades extraterrestres, es porque solamente se sustentan hoy con este tipo de verbos.
Que tal si existieran, si podrían ser ellos los causantes de los infinitos relatos de abducciones, de que los reportes aeronáuticos corresponden “probablemente” a su accionar. Entonces aplicamos en ufología los condicionales: deberían, podrían, serían..etc., respaldados sencillamente en la prolongación de la propia racionalidad y pensamiento humano. A diferencia de los postulados escépticos, los que aluden al pensamiento crítico, la ufología en si, basa su estudio en una creencia casi quimérica, por no decir romántica, de que el real origen de los OVNIs y sus acciones en nuestro medio, es simple e incuestionablemente extraterrestre.
Hago mención porque hace unos días, observé con atención un reportaje al desaparecido John Mack y en efecto en una de sus últimas entrevistas, previo a su trágico y lamentable deceso, comenta que ha estudiado casos en USA y en otros países y todos “se parecen”, entonces hace la pregunta, ¿Y si es real, qué significa?
Menciono este extracto del documental llamado “extraterrestres”, porque John Mack es indicado en múltiples conferencias, incluyendo Chile, donde se considera la posibilidad de interacción aliente. Pero si el mismo prestigioso investigador, hace esta pregunta basado en el condicional de esta acción, ya es una muestra de que analizaba y estudiaba estos casos con la lógica, saludable, sensata y objetiva duda.
Mis reparos con lo que hoy se intenta exponer en forma mediática, aprovechando el importante numero de conferencias y actividades ufológicas que se realizan en Chile, va en que siempre es necesario llevar a colación todas las visiones del tema, considerando que estoy en pleno y absoluto acuerdo con se hagan estos encuentros y conferencias, ya que es imperiosa la difusión y educación acerca de este tema, como sencilla manera de limpiar la desprestigiada imagen que posee la ufología en nuestro medio. Es cosa de observar como en programas de televisión y algunas conferencias, los propios protagonistas de relatos de abducción o contactismo, son presentados y autodenominados como investigadores o ufólogos. Todos sabemos quienes son algunos de ellos.
Pese a la imagen corporativa errada, que se interpreta debido a mis posturas y análisis, mi intención al igual que muchos interesados en el fenómeno, es precisamente la misma que todos tenemos. Es decir, encontrar evidencias que permitan una investigación profunda en la materia, pero no basada en especulación o en el uso de verbos condicionales.
Observando uno de los comentarios de un lector de este blog, me encontré con la reflexión realizada al futuro de nuestra ufología criolla, debido a que en cierto modo, apegados a la contingencia nacional, se proyecta una evasión al lucro por parte de los exponentes, quizás apegados a una nueva forma de transparencia y búsqueda de credibilidad.
Para mi no es un problema, porque en mis labores profesionales dedico parte de mi tiempo como asesor y las cosas que he realizado, han sido gracias al esfuerzo económico particular. Por ejemplo en mi libro Ufología Aeronáutica, supuesto éxito en el ámbito literario, pero que en lo particular, no me ha reportado dividendos y dudo que lo haga. Por el contrario, mantengo ciertos compromisos, a los cuales aún no he podido responder.
Pero me pregunto con antelación, algunos grupos de investigación (ó difusores del fenómeno) costeaban parte de sus trabajos gracias a las conferencias, charlas, programas, etc., ¿Cómo lo podrán hacer en un futuro no tan lejano, si está como una verdadera moda autoimpuesta, el decir no al lucro?. Creo que el conclave que esta previsto para Diciembre tiene y debe tratar estos temas, ya que llegó el momento de acordad varias cosas, entre estas cómo se pretende financiar algo que por si solo no genera ingresos.
Es cierto que algunos municipios han aprovechado esta nueva veta para incrementar sus arcas, con el llamado ufoturismo. Pero cuando se den cuanta los ediles o sus asesores, que prácticamente casi no hay OVNIs, ¿Será un pasatiempo y entretención esporádica?, resulta urgente que se analice algo tan sencillo, ya que si la supuesta investigación en terreno, de la que tanto alarde hacen algunos investigadores, no se podrá financiar de otra manera que no sea particular...partieron a jugarse un loto.
Mientras eso se aclare y retomando el tema central, los condicionales podrán ser utilizados para el futuro de las diversas manifestaciones ufológicas, ya que podrían y deberían formarse patronatos, ONGs etc., pero con el compromiso de que se efectúen en corto plazo los trámites pertinentes. No vaya a ser que, se programen ideas como la de crear “fundaciones” y tal cual como le pasa a la agrupación AION de mi amigo Rodrigo, estén sus colaboradores y seguidores esperando que “alguien”, alguna vez en la vida, se dé el trabajo de sacar la personalidad jurídica. Creo que escuché que se estaba realizando......pero hace como 16 años.

lunes, 21 de noviembre de 2011

EL DEBATE SIGUE (El Megaproyecto Radar)

En las recientes Conferencias del Cajón del Maipo también se comentaron varios proyectos de investigación realizados en Chile, en la imperiosa búsqueda de las tan anheladas evidencias de OVNIs.
En efecto, por enésima vez escuche hablar del famoso “Proyecto Radar”. Menciono la palabra enésima, porque he perdido la cuenta, de cuantas son las oportunidades que he escuchado indicar este famoso proyecto, cuyos patrocinadores son la agrupación AION en Chile, a través de su presidente y representante, mi amigo Rodrigo Fuenzalida, al cual lo nombro así, porque nos articula una amistad de varios años y en ese sentido no existen problemas de índole personal, por el contrario, amenamente se encuentra espontáneo a discutir estos temas y el ejemplo más reciente, lo brindamos en diversas controversias concedidas al aire por el programa Neuroufo (Neuronafm.com), el año pasado.
Pues bien, siempre he sido un detractor del Proyecto Radar, no por su idea inicial que la encuentro muy interesante y positiva, sino por el contrario, por su falta de contenido en el desarrollo de este, el cual con el correr de los años se ha transformado en una verdadera quimera que propugna con suntuosidad, la idea de que permanentemente en Chile, algunos ufólogos están investigando.
Esta detracción a Radar, es única y exclusivamente por su inexistente estructura formal, ya que un trabajo a largo plazo, como es anunciado en las exposiciones, debe por obligación tener una conformación en la cual se sostenga su propósito y pueda llevar con propiedad la denominación de proyecto.
Diferente es el proyecto creado por Marcelo Moya, titulado en la página Web de AION “Proyecto de Observación de los cielos”, el cual delinea, aunque muy someramente, un marco teórico y se entiende su condición de intermitente, debido a que requiere de observadores en línea comunicados en forma coordinada y apoyados por páginas Web de información astronómica. En efecto, este proyecto además posee un formato de informe o reporte para ser llenado por sus participantes, una vez culminadas las vigilias. Pero lamentablemente Radar, no posee ni el más mínimo documento donde se reflejen las premisas más elementales de lo que significa ejecutar un proyecto de investigación.
Para mencionar lagunas muy someramente, Radar no posee una fundamentación que contenga el tiempo estimado de la investigación (sin importar cuanto) y precisamente ese punto llama la atención, ya que antes del año 1997 que se comenta y se difunde con el nombre de proyecto. Si hasta las luces (para algunos focos) de la Bailona forman parte de Radar.
Por otro lado, no posee una descripción del mismo, es decir, se menciona en cada conferencia entregada por AION, pero aún no se profundiza verdaderamente qué es Radar. Escuché que pretendía registrar OVNIs, pero no se sabe cuál es su objetivo principal y para qué analizar si tiene objetivos secundarios. Tampoco tiene una pregunta directriz general y por ende, menos las preguntas directrices específicas. Es decir, no se sabe en estricto rigor cuál es la intención final de esta informal investigación.
Carece de un marco teórico conceptual y de antecedentes. Quizás la insuficiencia más delicada, ya que todo proyecto debe contener a lo menos un marco teórico que fundamente su razón de ser y de esa manera justifique el trabajo de indagación al cual apuntan sus participantes. Además no tiene una metodología o procedimientos metodológicos para su ejecución, considerando que cada uno de los videos que llegan a manos de AION es incluido en este proyecto, es decir abarca todo, sin estructurar una indagación prolija ni consensuada. No posee una clasificación tentativa y para que decir de alguna bibliografía o apoyo externo para su ejecución.
En resumen, desde la visión formal de estructuración de un proyecto, no posee ni el más sencillo bosquejo desarrollado escrito, ni un desventurado, humilde ni solitario papel, por último una planilla electrónica o documento digitalizado. Nada de nada.
En estricto rigor, el exhibir videos, testimonios y fotografías de supuestos OVNIs de manera desreglamentada y sin siquiera una clasificación para su posterior examen, es decir, no existe una base de datos establecida que cronológicamente posea la totalidad del material analizado y expuesto en las decenas de conferencias donde se mencionan, es sinónimo de que estamos frente a una muestra aleatoria de “evidencias” que son agrupadas imaginativamente en tipologías, las cuales sencillamente ni siquiera podrían ostentar el nombre de Proyecto.
Si sumamos que se le asocia, la interesante labor de establecer cámaras de vigilancia electrónicas esporádicas, conectadas en línea y con diversos filtros para registrar algo no identificado, déjenme recordarles por favor, que cada uno de los aeropuertos de este país poseen cámaras de meteorológicas activadas las 24 horas del día y esa operación no posee el nombre de proyecto.
Por consiguiente, el famoso Proyecto Radar podría ser catalogado como un proyecto etéreo, sin forma, sin fondo, casi místico, casi parte de un mito que se transmite por voz, de conferencia en conferencia sin un sustento teórico, sin argumentos básicos que validen su existencia y que solamente cumple la función señalada al comienzo de este artículo, la de comunicar con pomposidad que en Chile la ufología sigue trabajando arduamente, de sol a sol y en busca de la prueba tangible e irrefutable para validar no tan solo la real interacción de los OVNIs, sino que también su inteligencia dirigida a los más profundos niveles de nuestra consciencia y percepción. (Lo he escuchado tantas veces, que me lo aprendí de memoria).
Por lo tanto, insto a AION y en especial a Rodrigo Fuenzalida a que revise estos pequeños e importantes puntos de discordia aludidos a Radar, para que de esa forma logre el objetivo establecido en un principio (por ahí por el 1996) y además preponderantemente, pueda su trabajo en propiedad asumir y disfrutar de la categoría de un proyecto de investigación.
Acá en Chile, como somos pocos y nos conocemos tanto, se ha dejado pasar y estar por años estas incongruencias y la sobreexposición de un trabajo discreto, para no denostarlo como mediocre. Y si alguna vez, se expusiera en el extranjero y con el compromiso de mostrar sus asientos y resultados, no necesariamente a ufólogos, sino que a un panel multidisciplinario y académicamente capacitado a un examen metodológico de la investigación, esperamos no pasar una abrumadora vergüenza.

domingo, 20 de noviembre de 2011

EL NUEVO DEBATE

Como se comenta en diversas redes sociales, el evento ufológico de San José de Maipo del 18 y 19 de Noviembre se encuentra en el centro de atención y en el ojo del huracán de la contingencia ufológica criolla.
De la misma manera que este pequeño espacio de opinión, el que ha causado más de alguna controversia por sus contenidos y comentarios, también este congreso se encuentra en el marco del controversial tema que desarrollamos. En efecto, la idea del debate abierto y sin escrúpulos, tan resistida en un principio, ha logrado al parecer ser comprendida en parte, ya que como en otras áreas, la discusión es un mecanismo que busca el incremento de la información y del conocimiento de los tópicos. Pues bien, con las ideas descalzas y posteriores a las heterogéneas exposiciones efectuadas en el Congreso del 18 y 19, el debate se puede considerar como iniciado.
En primer término, debo agradecer la invitación al congreso y felicitar a los organizadores (CIFAE), como así mismo a la I. Municipalidad de San José de Maipo. Es muy constructivo que se apoyen este tipo de actividades, ya que como lo he comentado con anterioridad, uno de los mayores inconvenientes que tiene la ufología y en particular sus exponentes, es la falta de recursos para consumar esta labor, inicialmente abordada en la difusión del fenómeno OVNI ya que en lo referido a la investigación, todos sabemos que por el factor expuesto y otros más que no vale la pena señalar, es un tanto discreta, pero como dice un chilenismo muy campechano, “es lo que hay”.
Pues bien, al haber observado y escuchado la totalidad de las exposiciones, en especial las del día 18 gracias a la transmisión on-line de neuronafm.com (radioemisora y equipo de personas que se les agradece por sus esfuerzos y trabajo en directo) es momento propicio para exteriorizar algunos puntos primordiales.
No podré en beneficio del tiempo y espacio, dar a conocer mis observaciones al total de las conferencias en detalle, pero si voy a tomar algunos aspectos de fondo e importantes de cada una de ellas en tres artículos consecutivos de este humilde espacio de opinión.
Como primera divergencia, debo señalar que tal cual señala el profesor William Stiebing, en relación a las teorías populares, estas calzan prefecta y completamente con lo que se observó en estas actualizadas exposiciones de la ufología nacional.
“Las respuestas fáciles a las preguntas difíciles”
Sin un debate abierto, el cual hubiese sido muy sano para la instancia, pero debido al factor tiempo no se pudieron consumar, en varias de las conferencias se puntearon algunas interesantes frases que son imperiosas de revisión y análisis. Por ejemplo, en la charla de Exopolítica, la que parte desde una visión especulativa por cierto, se amplifica luego de pregonar la concomitancia de la Hipótesis Extraterrestre al fenómeno OVNI, la inminente y muy necesaria transición que debe efectuarse, en el sentido de establecer como una prioridad en el desarrollo del tema, el atractivo concepto de “prevención”, en cuanto a los supuestos actos vinculados a entidades extraterrestres, ya que según la información con que se cuenta (se sabe, se piensa y se cree, muletillas ufológicas), estos hechos conllevan una serie de violaciones a los derechos de las personas que son víctimas, señalando además, que no es necesario establecer como requisito la tan anhelada “prueba” para establecer protocolos de prevención. Estas peripecias imputadas a las inteligencias alientes, llámense precisamente abducciones, requieren por cierto de una aceptación y reconocimiento abierto, más bien imperativo, por parte de las autoridades vinculadas al estudio del fenómeno, como también de las autoridades políticas y militares a nivel global, demandando este consentimiento como una infalible obligación de carácter inmediato.
Pues bien, la aceptación de que algunos FANIs muestran inteligencia eventual en ciertas observaciones válidas y analizadas, no significa que se les puedan asociar raudamente a una inteligencia externa o personificada. Es ahí un punto de discordia y de exaltada categoría, ya que la inteligencia que se le atribuye manifiestamente, es especificada como eventual, por el comportamiento de los fenómenos reportados y no necesariamente constituyen una demostración de que pertenezcan a una expresión e intención de una forma de vida. Por ejemplo, los rayos globulares, descubiertos y estudiados por el físico Peter Kapitza en la década del 40, señala que estos fenómenos (meteorológicos –electromagnéticos) demuestran un comportamiento simétrico a un grado de inteligencia, sin ser una forma de vida, ya que sus desplazamientos en la atmósfera, obedecen a una interacción con el ambiente donde manifiestan sus desarrollos y sus propensiones están dirigidas hacia las mejores condiciones de humedad y de temperatura, mientras se despliegan antes de su deformación final.
Por ende, el reconocimiento de una intencionalidad a los FANIs y la asociación con un grado o un tipo de inteligencia, no obliga de ninguna manera a entregarle una encarnación, aunque sea especulativa, para poder apalear un grado de jerarquía el pretendido trabajo preventivo mancomunado a los diversos matices relacionados con los OVNIs, como es por ejemplo el caso de las siempre cuestionadas abducciones. Simplificando la respuesta, si no existen los cargos, no hay delito. Si no existen las pruebas, no hay extraterrestres. Algún jurista me puede reclamar, que en derechos humanos basta la presunción y la denuncia del o los afectados para evidenciar un delito. Pues bien, para el caso de los OVNIs, por la falta absoluta de meritos adicionales de una prueba del vínculo e interacción de los aparentes extraterrestre infractores, es este hecho constitutivo sencillamente de una orden de no innovar.
Entonces, cómo podemos prepararnos para algún hecho, del cual no sabemos si verdaderamente existe o existirá, como así mismo, numerosos individuos hablan de ellos y los comentan abiertamente como experiencias vividas, es decir, como acontecimientos reales. La réplica es muy escueta y ya una vez se planteo en ufología, en este caso la adaptamos. Para sucesos extraordinarios, se requieren pruebas extraordinarias y desafortunadamente hoy esas pruebas no son lo suficientemente sólidas, por lo tanto, “no ha lugar”.
Si se considera este paso, como el proceso final de maduración de la ufología o la “adultez” para continuar con un desarrollo forzado por los que la investigan, creo que debemos enviar, en Chile por lo menos, a la ufología a una terapia con la Dra. María Luisa Cordero, para que de manera urgente evalúe y entregue los pasos y medicamentos necesarios para dejarla en el lugar que corresponde, es decir en una cuna o corral y con los pañales puestos y asegurados, ya que la especulación que se hace, muy sana cuando no abandona su lugar imaginativo, a veces resulta parecer que es poseedora de propiedades muy similares al descontrol de esfínteres en el ser humano cuando es un lactante y por ende, debe ser revisada en forma constante y si en necesario, se hace la correspondiente mudanza y todo queda solucionado hasta un nuevo ejercicio del aparato digestivo.

En cuanto a los comentarios vertidos en otra de las conferencias, me llamó profundamente la atención en que se cuestionó la calidad de los testigos que son pilotos.
Podrían aludirme que estoy con un grado de compromiso, casi sentimental, con esa causa, lo cual lo desmiento ya que he trabajado y aún lo hago, en relación a la seguridad aeroespacial, por lo que no puedo esquivar la responsabilidad de las tripulaciones y de sus decisiones de mando, en un alto porcentaje de los incidentes y accidentes aéreos ocurridos en el mundo. En efecto, la autocrítica que concierne, es lapidaria y es ahí donde se construyen mecanismos de trabajo que cooperen con esta importante área, la que precisamente toma como foco principal de los accidentes, el error humano.
Pues bien, errar es humano, está en la naturaleza del hombre, lo que ocurre es que no percibimos los errores que en cada momento cometemos, por ejemplo cuando tomamos el teléfono y apretamos un número que no corresponde, cuando prendemos una cocina y antes de encender el fósforo o encendedor, damos el paso del gas, en fin, errores en la vida cotidiana tenemos miles. Ahora cuan importante sean esos errores, van de la mano con las repercusiones que tengan y ahí esta la importancia de priorizarlos.
Pero independiente al desprestigio del ser humano y por ende de los pilotos en cuanto a la concepción de errores, el personal aeronáutico es hasta ahora el mejor calificado al momento de reportar una observación de un FANI. Es quizás una aserción que tintinea vanidad, pero que está absolutamente ajena a ese propósito, ya que antes de la entrada de la aviación en el estudio del fenómeno, precisamente la propia ufología aseveraba que los pilotos y los controladores de tránsito aéreo, eran los depositarios de la mejor perspectiva, registro y análisis de estos reportes, solamente que antaño, se mantenían en la más absoluta reserva, por motivos ya mencionados como por ejemplo, el desconocimiento del tema y la el propio ridículo asignado a quién se arriesgara a exponer un avistamiento. Pues bien, hoy que esta liberada la restricción de información y es más, se investiga oficialmente el tema, se embiste en contra de quienes por oficio, poseen las mejores cualidades y perspectivas para entregar datos acerca de OVNIs. Inexplicable? No. Por el contrario, muy sencillo de ilustrar, simplemente apegados al tercer postulado William Stiebing; “Atacar a la institución de la ciencia y a las instituciones oficiales y castrenses que abordan el estudio de los fenómenos.
En realidad y para concluir esta primera parte, hubo una frase concluyente que despertó mi inquietud y esta decía: “Al final los Ufólogos tenemos la Razón” en realidad no puedo ser majadero, porque con el tiempo no se puede encasillar a todas las personas con posturas definidas o radicales, es necesario hacer el ejercicio de separar las aguas, pero indicando la oración aludida, mi respuesta es Sí! Tienen razón y razones de sobra para que se mantengan los estudios actuales como están. Los ufólogos con OVNIs y Extraterrestres y la aeronáutica con FANIs y punto final.
Propongo el libro de Ernesto Sábato “el Túnel”, donde la enseñanza es muy precisa. Hay caminos que pueden cruzarse y varias veces en la vida, pero juntarse y hacer uno solo....parece que resulta muy difícil, o tal vez casi imposible.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

LA HIPÓTESIS PSICOSOCIOLÓGICA

Llama profundamente la atención que en todos los años desde que se publican antecedentes y reportes de Ovnis, se complementen estas simples observaciones anómalas, con debates que van más allá de lo que son los mismos fenómenos observados y discutidos.
Tal como señala el Francés Michael Monnerie, este problema corresponde a una corriente que es llamada Hipótesis Psicosociológica, dando a conocer abiertamente que este tema obedece a un fenómeno psicosocial, tal cual fue considerado en una de las conclusiones del trabajo de investigación que realicé para la Aviación del Ejército de Chile durante el año 2000.
En general, las indagaciones del tema en el viejo continente, tuvieron desde fines de los setenta, variantes que permitieron un verdadero cisma en la llamada Ufología tradicional, la cual se origino obviamente en los Estados Unidos luego de 1947.
Lo curioso es que desde el propio país del norte, surgieron investigaciones acabadas las cuales, sin intención de anexarse a la corriente europea, mostraron que con argumentos científicos, era posible comenzar una verdadera limpieza de lo que hoy llamamos con propiedad la ufología clásica.
El profesor de antropología William Stiebing, realizó un trabajo, publicado posteriormente en el libro “Astronautas de la Antigüedad”, en donde se analiza desde la misma raíz, el problema que generan las llamadas “Teorías Populares” tan bien acogidas y difundidas por algunos seguidores de los OVNIs, las cuales según ellos, son la comprobación empírica de que el fenómeno está presente desde tiempos ancestrales y desde los mismos origines del hombre en la faz de la tierra.
El estudio de Stiebing, realizado por iniciativa propia junto con parte de sus alumnos de la Universidad de Nueva Orleans, se basó directamente en el ensayo del sociólogo Michael Carroll, el cual como experto en mitos y leyendas de la Universidad de Stanford, California, plantea en relación a esta materia que; " La evidencia a favor de las teorías populares, es tan impresionista que cumple una función análoga a las manchas de tinta del Test psicológico de Rorschach, sobre todo, en que dicha evidencia sirve como un estímulo ambiguo, sobre el cual el sujeto puede proyectar lo que quiere ver".
Tal afirmación es coincidente con la teoría que plantea Francés Monnerie, en su llamado “sueño con los ojos abiertos” o “sueño despierto”, la cual se define como un momento donde una persona que observa un fenómeno anómalo, interpreta lo que quiere ver y no precisamente lo que esta observando, en el mejor de los casos cuando existe dicha observación, ya que hay otras situaciones reportadas, donde solamente el testigo imagina un hecho puntual y posteriormente lo comenta o difunde, algo muy similar a un estado de relajo donde todo puede tener un comportamiento inusual y diverso, es decir las mismas características que tiene un sueño o más similar aún, es la interpretación a todos los sucesos paranormales que son asociados a las “entidades” que han trascendido la barrera de la muerte, es decir el contacto o interacción con espíritus.
Esta corriente psicológica del fenómeno OVNI, dio origen posteriormente al llamado Neoesceptisismo, el cual se consolida con la publicación del libro de Monnerie, What if UFO did not exist? (¿Qué pasaría si los OVNIS no existieran?) y que genera una serie de dudas a los cimientos de ufología clásica, la que lamentablemente, sigue siendo divulgada de manera descaminada, en el sentido que cada vez es mayor la difusión de información carente de una metodología investigativa, salvo algunas excepciones, y por ende, se encuentra extremadamente alejada de lo que se considera literalmente como ciencia. Ajeno a la probable reflexión y análisis filosófico del fenómeno, el cual por si solo se considera especulativo – pensar e imaginar desde la simpleza de las cosas siempre le ha hecho bien al ser humano, (consulten al emperador Romano Marco Aurelio).
Es necesario dejar en claro, que la contaminación de la información referente al tema OVNI, obedece única y exclusivamente por el material, opiniones y conclusiones que difunden, las que han logrado confabular una serie de hipótesis que lamentablemente, han sido incorporadas en las diversas sociedades y culturas por lo atractivo de sus argumentos, los cuales son llamados por el profesor Stiebing, como las ya mencionadas teorías populares.
Las teorías populares son simplemente lo que hoy se conoce y entiende por la definición del fenómeno de los OVNIs, dejando en claro tres puntos fundamentales esbozados en este libro y que es muy compendioso advertir con ejemplos latentes de autores y mal llamados investigadores, algunos que incluso de autodenominan “contactados”. Las tres premisas son:
1) Las respuestas fáciles a las preguntas difíciles
2) Los enigmas son universales
3) El ataque a las instituciones y por ende a la ciencia.
Para mi modesta y humilde opinión, el primero de esos tres postulados acerca de las teorías populares, es sin duda, el que mayor reflejo posee en el estudio de los no identificados. Tal como se escribe y como se escucha, es el hecho de poder explicar con argumentos intrascendentes y banales, diversos enigmas de diferentes ciencias, que “podrían” -muletilla ufológica- tener una vinculación al fenómeno a lo largo de la historia, como son por ejemplo los enigmas en la arquitectura y la construcción de las pirámides de Egipto, las construcciones de civilizaciones como los Mayas, los Incas, los Aztecas y sumado a las interrogantes que aún se mantienen referentes a otros diversos descubrimientos científicos y de las ciencias sociales.
En el caso del estudio de los orígenes y de los vestigios relacionados con los OVNIs, están los enigmas arqueológicos que tanto llaman la atención a la comunidad ufológica, la cual busca desesperadamente solventar bajo la hipótesis empírica, un fenómeno que se ha presentado por siglos frente al desarrollo del ser humano y que cada vez resulta más complejo lograr evidencias confiables y que sean además, sustentables para las diversas hipótesis vinculadas al fenómeno. Como se ha planteado en este Blog, en ciertos talantes vinculados a las evidencias, la ufología llegó a su techo máximo.
En efecto, la Hipótesis Psicosociológica no está tan alejada a los que hoy se nos ofrece como realidad en el campo de las evidencias de este fenómeno, ya que se suponía, y bien digo en pasado, que las nuevas tecnologías aplicadas a la captación de evidencias, irían en realce exponencial de los argumentos empíricos de la existencia de los ovnis y por sobre todo, se acercarían los análisis a la determinación definitiva del origen de las anomalías. Pues bien, el efecto ha sido completamente inverso, y hoy las páginas de grupos de investigación y de personas aficionadas al tema, doblan sus trabajos y esfuerzos demostrando en mayor número de oportunidades lo que no es OVNI a lo que si verdaderamente es. Pésimo augurio, sumado al incremento de los autodenominados contactados y su enlace a la explicación más bien religiosa-mística del fenómeno y la sobreexposición de sus “pruebas”.
Afortunadamente para los que observamos y estudiamos el fenómeno desde una perspectiva un poco más escéptica, la realidad con el tiempo ha mutado al punto que, la proximidad que han realizado áreas como la aeronáutica por ejemplo, permiten aceptar la coexistencia con un fenómeno aéreo anómalo, pero con una postura crítica y sobre todo comprobatoria. Condición muy positiva y que es la guía para todo lo que en un presente y futuro cercano, se esboce de este controversial y contaminado tema.

domingo, 6 de noviembre de 2011

ABDUCCIONES O ILUSIONES

En el abanico de contenidos que atañen a la ufología, hay uno en específico que ha sido el responsable de cuantiosas publicaciones, controversias y desacuerdos. Me refiero a las célebres y lóbregas abducciones.
En lo personal, verdaderamente las abducciones son un tema que no consideraría en lo más mínimo, pero es innegable su contingencia dentro del estudio de los no identificados y por ende, debe ser sometido a revisión y debate imperativamente.
Es infalible que al departir de abducciones, damos por sentado el análisis de la Hipótesis Extraterrestre (HET), ya que una de las tantas acciones de estos supuestos tripulantes, es la de usurpar personas en contra de su voluntad y cometer con ellas, un sin número de actos propios de un laboratorio veterinario.
Como se ha mencionado en este blog, el fenómeno de los OVNIs abarca grandes enigmas de la existencia humana y precisamente uno de ellos es la disputa entre el bien y el mal. Por lo tanto, en las acciones relacionadas a los alienígenas, se encuentran expresadas ambas. Por ejemplo, los eventos que engloban el bien, son aquellos vínculos de algunas razas de extraterrestres con los llamados contactados, fundamentándose principalmente, en la entrega de mensajes a individuos previamente escogidos para tales efectos. Estos mensajes, están complementados con las más diversas instrucciones, las que incluyen desde ecología y resguardo de la naturaleza, como también llegan a preceptos de índole energéticos, con un amplio desarrollo de la espiritualidad. Estas experiencias con las mencionadas erudiciones, son sindicadas a los supuestos extraterrestres denominados nórdicos o también seres de luz, asimilados incluso con entes seráficos.
En cambio, las personas que denuncian abducciones, son las víctimas del sector más siniestro de los pretendidos extraterrestres. Esos que reflejan el lado malévolo de los OVNIs, en el interior del interesante litigio ético-filosófico, que aproxima estas manifestaciones y su historia a un fenómeno de naturaleza psicosocial.
Se entiende por abducción extraterrestre, el encuentro asignado del cuarto tipo, el cual que incluye el concepto de rapto, con o sin violencia, del testigo del mismo. Este secuestro, se efectúa casi siempre contra la voluntad de la víctima y su modo de operación esta casi siempre asociado a visitas nocturnas o la incautación de los afectados desde carreteras solitarias.
Generalmente los abducidos no recuerdan sus experiencias y estas son sacadas a la luz con posterioridad, a través de sesiones de terapias o de hipnosis., pero también constan unos tantos que en plena conciencia expresan vivir estas singulares prácticas.
Existe un cúmulo de formas de abducciones que son ejecutadas por los quiméricos visitantes de otras galaxias, pero lo más curioso de estos relatos es como se vinculan a secuestros, las más diversas actividades. Por ejemplo, hay secuestros en los cuales se efectúan exámenes a los inmolados, siendo estas experiencias el reflejo de verdaderas torturas. Hay otras, en las cuales las secuestradas, - en su totalidad mujeres- tienen intercambio sexual con alguna entidad aliente, mientras que distintas narraciones describen también, un tipo de fecundación artificial con el propósito de desarrollar un embrión, el que previo a nacer, es extraído del vientre materno en una futura abducción, creando de esta manera una aparente raza hibrida.
Efectivamente los relatos de abducciones parten al unísono con la era moderna de los OVNIS, pero precisamente Estados Unidos es la cuna de las abducciones y por ello, posee la mayor cantidad de mitos y registros de personas que han padecido estas experiencias.
Como he señalado, en el año 2007 participé en la Conferencia de Washington, gracias a la invitación de la periodista norteamericana Leslie Kean. (Hago este paréntesis, porque acá en Chile hay persona, que permanentemente se atribuyen la gestión de mi cometido en ese histórico evento. Siendo la realidad completamente diferente, ya que la invitación y gestión la efectuó directamente Leslie a través de una carta al Ejército de Chile)
En esa oportunidad, converse en varias ocasiones con el recién fallecido Budd Hopkins (15 Junio 1931 – 21 Agosto 2011), autor de Witnessed (testigos), Intruders (intrusos) y de Missing Time (tiempo perdido), verdaderos iconos de la acción extraterrestre en relación a las abducciones.
En las charlas, muy amenas por lo demás y en las que participaba Leslie Kean, claramente le dije a Sr. Hopkins que creo en el fenómeno aéreo anómalo porque desde una perspectiva aeronáutica esta demostrado que existe, sin saber mayores detalles de su real origen, Pero que no creía en los extraterrestres y menos en las abducciones, y le explique el porque.
Primero, no existe una evidencia concreta de la existencia de vida extraterrestre, pero que en el supuesto caso que fuese verdadera esa hipótesis, me parece un poco inadmisible que ya no se hubiesen presentado de manera de interrelacionar con nuestra especie. A mi modo de ver, y me hago responsable, tal cual como se expresa en el libro Pasaporte a Magonia, el portento vinculado a la inteligencia aliente es un fenómeno psicosocial, asociado a los enigmas y misterios que están presentes en nuestra vida cotidiana.
Las abducciones, nos plantea el problema principal de las motivaciones que impulsarían a unos seres, supuestamente más evolucionados que nosotros en todo punto de vista, a estudiar nuestra naturaleza humana, nuestro comportamiento y nuestras reacciones físicas de manera silente y tan primitiva. Hago esta mención, ya que en la mayor parte de las experiencias de abducción, nos relatan una serie de experimentos y exámenes clínicos donde se obtienen muestras, fluidos y en otras se implantan elementos extraños.
Las más bizarras abducciones, relatan relaciones sexuales con las victimas, que en estricto rigor puede ser considerado violación.
El otro problema que se exhibe, es que todos estos experimentos se realizan con un instrumental muy anticuado, considerando el nivel tecnológico de estas supuestas razas alienígenas, las cuales viajan a través del espacio y del tiempo, lo que no se condice con los irrisorios instrumentales utilizados para los experimentos y su tecnología demostrada en sus supuestas naves para sus traslados intergalácticos.
A todos estos puntos, se le debe agregar el que se menciona recurrentemente la palabra “se cree” (muletilla ufológica) que ciertas naciones, poseedoras de esta importante información, han realizado a través de sus gobiernos, secretos convenios de intercambio de personas para ser abducidas, por el de tecnología y nuevos conocimientos, que obviamente según los denunciantes, son empleados para el desarrollo de tecnologías militares.
Además, dentro de las nuevas propuestas que establece la ufología se encuentra el área de la paleoastronáutica, en la que se examinan vestigios y enigmas de culturas ancestrales, especulando su contacto con extraterrestres. En estos contactos, los pueblos de ancestro fueron instruidos y apoyados para la construcción de monumentos, edificios y expresiones artísticas rupestres pero muy avanzadas, dentro de las cuales no esta bien establecido si estas supuestas razas que intervienen desde el espacio, realizaban este tipo de experimentación y acción silente, que se comienza a desarrollar desde el inicio de la era moderna de los OVNIs en 1947.
Hopkins me escucho con atención y solamente me señalo que él si creía fielmente en cada uno de los relatos que le confiaron, porque los individuos que fueron víctimas de estos secuestros, sencillamente son personas de buena fe y que no buscan ostentar estas experiencias, por el contrario, prefieren tratarse sicológicamente y olvidarlas para rehacer sus vidas.
Pese a estas sustanciales diferencias, muy profundas e irreconciliables, me quede con la sensación de que no intentó convencerme de sus postulados, no pretendió jamás que se llegara a un punto en común, es más, seguimos conversando precisamente de OVNIs y de reportes importantes a nivel mundial.
Después de ese viaje, profundice mis diferencias con la ufología clásica, con las abducciones, con los contactos y con el misticismo que se le ha asociado al fenómeno muy propio del movimiento new age, el cual tuvo caldo de cultivo en estas experiencias, para que en un todo, pudiese asociar sus postulados energéticos y místicos con la interacción extraterrestre y lógicamente el fenómeno OVNI, el cual hoy ya pasa a ser casi ilusorio, es decir una verdadera y gran ilusión.
Consecuente con todo lo anterior, se suma que hasta este momento no existe ni una sola evidencia clara y concreta que permita comprobar que las abducciones son efectivas, siendo que hay una serie de reportes que por sus contenidos no han sido analizados o estudiados con una mayor profundidad. Del mismo modo y con menos evidencia todavía, se presentan los casos de contacto, ya que estas “habilidades”, en su mayoría místicas, no ofrecen una contundencia real para aclarar la caución de dichos encuentros programados. Es tan sencillo el ejercicio de analizar que en Chile, existe un caso de supuesta abducción que ha dado la vuelta al mundo, el caso del Cabo Armando Valdés Garrido.
Este interesante acontecimiento de 1977, fue estudiado y desarrollado por Patricio Abusleme en su libro “La noche de los Centinelas”, donde posterior a varios años de investigación de testimonios y de documentos, no pudo establecer si efectivamente se consumo la citada abducción, sumando además que el propio protagonista hoy la desmiente. Pues bien, uno de los más renombrados contactados de Sudamérica el señor Sixto Paz Wells, asocia y justifica sus experiencias de contactismo y de teletransportación con lo sucedido con Valdés, considerando simplemente que el caso del Cabo del Ejército de Chile, obedece a la denominación de abducción y Sixto Paz experimenta en forma permanente contacto. Ambas posturas por si solas son contrarias, quedando en la duda su veracidad, por el hecho que las experiencias en si no se condicen y sin siquiera entrar al debate profundo de la verificación de la Hipótesis Extraterrestre (HET).
Sin lugar a dudas, lo más importante de mis conversaciones anexas a la Conferencia de Washington, es que conocí a grandes personas, independiente de sus posturas y creencias, como fue el caso de Budd. Además tuve la fortuna de conocer a otros investigadores de varias partes del mundo, que pueden disentir de posturas escépticas y radicales, pero que jamás perderían la prudencia o harían que el interlocutor adversario se sintiera incómodo. Quizás eso falta en la ufología en Chile, eso falta en parte de los investigadores, eso falta en nuestra agresiva sociedad nacional, quizás eso nos falta en demasía a todos los que de una u otra forma estudiamos el fenómeno. Por ello, hay que sentarse a revisar las cosas y hacer el intento de debatir cortésmente. Creo y espero que con el correr del tiempo, la madurez y sentido común que ostentamos, llegaremos a eso, independiente de las posturas y de los enfoques. Conversemos apasionadamente, discutamos afanosamente y si es necesario batallemos agresivamente nuestras posturas, pero terminados los debates, compartamos un etiqueta negra y nos reímos de nosotros mismos y de esos marcianos que no existen. Yo invito la primera ronda!

miércoles, 2 de noviembre de 2011

UN FENÓMENO INTELIGENTE

Cuando puntualizamos la palabra inteligencia, hacemos mención a una serie de definiciones en las que se encapsulan conceptos como la capacidad cognitiva y de aprendizaje, mezcladas con la capacidad de adaptación a nuevas situaciones, la capacidad de razonar (uso de la razón), planificar, resolver problemas, pensar de manera abstracta, comprender ideas, lenguajes e interactuar en un medio con intencionalidad.
De este resumen de las definiciones y clasificaciones de la inteligencia, la que más podría asociarse al comportamiento de los FANIs es la Inteligencia corporal-cinestésica: es decir la capacidad de controlar y coordinar los movimientos del cuerpo.
Entonces la pregunta es, ¿Por qué se asocia a algunas manifestaciones OVNI la palabra inteligencia? La respuesta muy sencilla, porque se observa y registra en las evidencias, una intencionalidad en sus movimientos. Claro está que, en algunas oportunidades se describen los avistamientos con movimientos erráticos, es decir, sin un sentido lógico, bajo nuestras perspectivas de cognición.
Pero sin profundizar en los fenómenos con esta conducta errante, sino por el contrario los reportados con intencionalidad, ¿Qué nos dice esa intencionalidad observada? La respuesta puede ser muy profunda, pero está por encima de todas, se encuentra el sencillo ejercicio reflexivo de que estos fenómenos u objetos, según el caso, poseen y demuestran un cometido gobernado e intencional, pero ¿Por quién?.
El año 2007, asistí como expositor invitado a la Conferencia de Washington en Estados Unidos. En aquella ocasión, tuve la oportunidad de conocer diversas personas que han dedicado su vida a la investigación del fenómeno de los OVNIs. A diferencia del pensamiento ayuno del investigador chileno Eric Martínez, varios de los ahí convocados eran precisamente militares, científicos y pilotos, los cuales no denostaban a la ufología, pero si concordamos ampliamente en que es la responsable de gran parte de la contaminación de la información vinculada al tema. Pues bien, uno de los tres representantes de la denominada “armada francesa” – por lo significativo de sus exponentes (Claudio Poher - Jaen Charles Duboc y J. Claude Ribes) - realizó un discurso que dejó a la audiencia ensimismada. Precisamente el que menos se pensaba que podría polemizar, el relajado e introvertido señor Jean Claude Ribes, astrónomo de radio y uno de los participantes en el famoso “Informe Cometa”, planteo varios conceptos que hasta hoy los conservo en mi memoria y creo que son muy asertivos. Señalo: “La hipótesis extraterrestre se presenta como la más lógica, aunque no está formalmente probada”. “No tenemos ninguna prueba en absoluto que los extraterrestres están detrás de los fenómenos aéreos anómalos. Tampoco tenemos ninguna prueba en absoluto que no lo son."
Por lo tanto, junto con coincidir con las acertadas declaraciones de uno de los investigadores del Informe Cometa, creo que cabe señalar que desde la perspectiva aeronáutica, los FANIs son una potencial amenaza para la seguridad de las operaciones aéreas, pero cuando se manifiesta en los fenómenos reportados, un comportamiento intencionado, orientado y administrado por algún arquetipo de inteligencia que se sitúa detrás de ellos.
Nos cuestionamos qué son, quiénes son, y por qué lo hacen. Esas respuestas no lo sabemos aún, pero tal cual se señaló en Washington, no se deben entusiasmar especulaciones infundadas, pero si es una saludable acción, el pensar que existe la posibilidad que los FANIs no sean los inteligentes, sino que la inteligencia es de quien manda sus movimientos. En eso coincidimos todos los que de alguna manera investigamos este fenómeno desde una perspectiva objetiva y centrada. Espero que alguna vez podamos responder estas inquietudes con pruebas concretas y que abran paso a una serie de nuevos estudios. Por ahora, es solo la proyección de nuestra inteligencia, ante un fenómeno muy atractivo pero a la vez, muy desconcertante.