LA INFORMACION SECRETA

En correspondencia a los comentarios que en reiteradas oportunidades he leído, acerca de la desclasificación de información vinculada a los OVNIs, lo que consiste sencillamente en la entrega paulatina de informes, estudios y análisis que se han efectuado al tema en comento, es preciso hacer un alto en el debate y aclarar ciertos conceptos.
Estas desclasificaciones en parte, nos entregan la reconfortante reseña de que el fenómeno aéreo no identificado despierta un interés transversal, es decir y en estricto rigor, existe como tal, es real y ya no podemos refutarlo. Pero por otro lado, nos demuestra con hechos concretos que, una vez analizado en parte los fenómenos, se pueden otorgar solamente segmentos de los resultados obtenidos a la opinión pública. Así todo, las muestras de avance en relación a las desclasificaciones, no señalan lo que muchos esperan como contenidos, es decir, que se confirme literalmente que los OVNIs son de procedencia extraterrestre ó que sus manifestaciones, son la interacción con inteligencias alientes. Entonces lo que se publica y difunde, no es lo que muchos anhelan, originando un efecto de sinsabor y de irritación que se aumenta y contagian con las exaltadas acusaciones de conspiración a todo lo que tenga una organización y método (ciencia, gobierno, militares, aviación, etc.)
Analizando en profundo las razones de los estudios y de la entrega fragmentada de sus resultados, nos encontramos con que en casi todas las áreas del desarrollo humano, donde se vinculen intereses económicos, sociales y políticos, la cosa es similar.
Los ejemplos están a la luz, y no es extraño encontrarse con noticias como que a menos de un año, de que culmine el protocolo de Tokio, en relación a las emisiones de contaminantes a la atmósfera, se vislumbre superficialmente que sus resultados son un absoluto fracaso. Pues bien, esta información ya era de conocimiento masivo al momento de que USA y China, los emisores del 40% de contaminantes a nivel global, no firmaron dicho acuerdo. También podemos observar la manipulación de información mediática, en relación a las operaciones, mejor dicho intervenciones militares en Medio Oriente y sus “daños colaterales”. Acá en Chile surgen situaciones muy parecidas, pero a la chilena, es decir obviamente a menor escala, como los análisis del presupuesto de hacienda para los años restantes de gobierno. El fallo pendiente en relación al arbitrario y lóbrego cierre del Aeródromo los Cerrillos. El problema permanente con la reivindicación étnica de culturas ancestrales en el sur del país y el tan manipulado conflicto mapuche, en fin, puedo señalar decenas, no mejor dicho cientos de temas que son analizados por los respectivos gobiernos participantes o dónde se producen los hechos, pero que como vemos, la información acerca de estas actividades se otorga de manera parcelada y distanciada. Las razones, otras decenas de ellas, pero las más importante y que está en evidencia en el tema OVNI, es que son de alto impacto social y las personas deben o se les obliga, a mantener solamente parte de esta información, lo que en inteligencia se conoce como compartimentaje. Otra causa no menor, es que no se puede informar algo, mientras se este desarrollando en pleno el estudio o no estén asentadas las bases para poder defender aunque sean indefendibles las posturas - Convenio de Tokio, por ejemplo - ya que desde la Revolución Francesa que políticamente no es recomendable los estallidos sociales, pregúntele a los españoles y los indignados para que se hagan una idea.
Por lo tanto, es claro, es obvio y es absolutamente cierto de que la información que se busca y se obtiene supeditada a la temática OVNI, es de impacto social muy penetrante, pero a la vez, ¿No será al revés del planteamiento ufológico?, en el sentido que se le brinda una importancia sustancial y casi conspirativa, por ser simplemente un enigma del ser humano y resulta que los examinantes desde una visión castrense, aeronáutica y gubernamental el fenómeno, es probable que estén al tanto de lo mismo o menos aún que el resto de los interesados
Es muy entretenido expandir las reflexiones acerca de todas las posibilidades que ofrece este tópico, pero también es prudente hacer un alto y de vez en cuando frenar estos pensamientos tan propios de la ufología ortodoxa.
Cuando exista esta instancia de razonamiento crítico, podremos recién aspirar a que la ufología pase a ser denominada una paraciencia, ya que la categoría de pseudociencia la obliga a mezclarse con chamanismos y por ejemplo, un sanador cuántico puede perfectamente poseer también el titulo al mérito de ufólogo.
Para eso se requiere unificación de muchos criterios y formas de planteamientos de investigación.